Peeling Químico

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El peeling o exfoliación química es una técnica terapéutica tópica que consiste en la aplicación de un agente químico irritante o cáustico sobre la piel para conseguir la eliminación de la epidermis y de partes variables de la dermis, siendo estas capas reemplazadas por otras nuevas de mejores cualidades cosméticas. El producto final es el rejuvenecimiento de la piel y la desaparición de lesiones preexistentes como léntigos, queratosis, arrugas y cicatrices.

¿Qué es?

El mecanismo de acción por el cual funciona el peeling es la exfoliación de la piel con lo que se desprende la costra queratósica y se reduce la formación de microcomedones. Las cicatrices y pigmentaciones residuales del acné también mejoran.

Indicaciones

El paciente ideal es aquél que busca rejuvenecer el aspecto de su piel. Mejoran las líneas finas de expresión, los tonos de piel apagados, pigmentaciones, léntigos, efélides y la textura rugosa. Estas mejorías se alcanzan tras una serie de tratamientos, y aparecen al cabo de unas 4-6 sesiones pero depende de cada paciente. Puede usarse también en tratamientos complementarios de acné, cicatrices superficiales del acné, rosácea, melasma, queratosis pilaris y arrugas.

Contraindicaciones

En caso de presencia de cualquier tipo de infección activa como herpes simple, verrugas víricas, molusco contagioso, impétigo etc., esto contraindica el tratamiento. En caso de tener prevista una exposición solar intensa es mejor postponerlo o evitarlo. Las cremas de tretinoína y los productos con ácido glicólico deben interrumpirse la noche anterior, reiniciándose en las 24-48 horas posteriores.